"La diferencia entre un turista y un viajero reside en que cuando un turista llega a un sitio sabe exactamente el día que partirá. El viajero, sin embargo, cuando llega a un lugar, no puede saber si acaso se quedará allí el resto de su vida" Paul Bowles.

jueves, 7 de octubre de 2010

MUISNE (I): SUS CUATRO PUNTOS CARDINALES


 En su lado Este, la isla de Muisne (al sur de la provincia de Esmeraldas) se abre al Pacífico. Son 12 kilómetros de playa virgen, con pelícanos que vuelan a escasos metros de la orilla, y centenares de cangrejos que van ocultándose en la arena a tu paso. Por las mañanas, muy temprano, se ven pasar a los arrieros con las vacas, camino de alguna zona de pastos, y por las tardes las colegialas acuden a bañarse después de las clases.


En la playa de Muisne sólo hay dos o tres hostales un poco destartalados pero muy acogedores, donde sirven un excelente pescado, y desde cuyas habitaciones se puede disfrutar de la vista que encabeza este artículo. En Muisne las montañas cercanas provocan un microclima que hace que casi siempre esté nublado, y que a menudo llovizne, pero eso en la zona ecuatorial más bien es una ventaja, y el agua del mar aquí siempre está caliente. La verdadera razón de que aquí no haya turismo es que casi nadie sabe que existe Muisne.



Al Oeste está el muelle al que llegan las gabarras que conectan Muisne con el continente, y el bullicioso centro del pueblo que ha crecido a su alrededor.




En Muisne están en visperas de fiesta: los niños de las guarderías desfilan de la mano de sus madres y sus maestras.



Las adolescentes ensayan sus murgas.



Y las muchachas se dejan fotografiar en las barras de los bares.




Por la noche funciona ya un entrañable parque de atracciones.






































Definitivamente, al Este y al Oeste de Muisne las cosas están como deberían estar.



Al Norte y al Sur de Muisne, sin embargo, no sé si todo está como debería. A estos puntos me llevan en moto, porque al parecer es peligroso caminar solo por estos lados. Al Sur de Muisne deberían estar los manglares, fuente de riqueza tradicional de la zona, pero en su lugar están las piscinas camaroneras, en activo o abandonadas.

























Al Norte, y también al Sur, deberían estar las casas de los pescadores. Y sí, las casas están.




Pero yo creo que no están como deberían.



1 comentario:

  1. El paraíso en la otra esquina, que diría el nobel Vargas Llosa, está en la esquina negra de los ojos de esa niña vestida de blanco, dentro cabe Ecuador entero, todo lo que has mostrado hasta ahora, Eduardo, la felicidad virgen de la tierra, la denodada lucha de los olvidados y la amenaza depredadora del dinero. Gracias por el fuego.

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